Taipéi, oct. 12 (CNA) San Vicente y las Granadinas, uno de los cinco nuevos miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, hablará en voz más alta por Taiwán en la arena internacional, según Andrea Bowman, embajadora de ese aliado diplomático acreditada en Taiwán.
La Asamblea General de la ONU eligió en junio a San Vicente y las Granadinas, Vietnam, Estonia, Niger y Túnez como nuevos miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que ocuparán sus puestos el 1 de enero del año 2020 y prestarán servicio hasta el 31 de diciembre del 2021.
Este puesto es muy importante para San Vicente y las Granadinas porque permitirá que la voz sanvicentina sea escuchada más por la comunidad internacional, dijo Bowman en la entrevista exclusiva que le hizo recientemente la Agencia Central de Noticias (CNA, siglas en inglés), con sede en Taipéi.
San Vicente siempre ha apoyado la participación de Taiwán en organizaciones internacionales y seguirá haciendo lo mismo en el futuro, pero "hablará en voz más alta" a favor de Taiwán, aseveró la embajadora sanvicentina.
Calificando a Taiwán como "un importante amigo" de su país, Bowman dijo que Taiwán es un país independiente y soberano y sus impresionantes éxitos alcanzados en los campos político, económico, social y educativo, entre otros, deben ser reconocidos por la comunidad internacional.
Taiwán y San Vicente y las Granadinas han estado manteniendo sólidas relaciones diplomáticas desde 1981, pero ese aliado caribeño no tenía establecida su embajada en el país hasta el 8 de agosto de este año, cuando la misma fue inaugurada en persona por el primer ministro sanvicentino Ralph Gonsalves.
"La inauguración de la embajada en Taiwán no sólo demuestra que valoramos mucho las ya estrechas relaciones existentes entre ambos países, sino que también agilizará la promoción de la cooperación bilateral y multilateral en diversos campos", afirmó Gonsalves en dicha ocasión.
Por su parte, la embajadora Bowman dijo que el establecimiento de la embajada sanvicentina en Taiwán marca un nuevo hito en el desarrollo de las relaciones bilaterales, reflejando asimismo la confianza mutua y el compromiso conjunto de ambas partes con la democracia.