Paisaje de Tamsui, por Chen Cheng-po, óleo sobre lienzo, 1935 (Foto cortesía del Museo Nacional de Bellas Artes de Taiwan)
Las obras de los artistas locales reflejan el activo paisaje cultural de Taiwan.
En agosto de 2019, el Museo Nacional de Bellas Artes de Taiwan (NTMFA, siglas en inglés) en la ciudad de Taichung, en el centro de Taiwan, recibió 652 pinturas del Museo Sun Ten en California (Estados Unidos), conocido por su colección perteneciente al empresario Hsu Hong-yen. Los nuevos aportes al NTMFA abarcan un verdadero tesoro de obras, incluyendo pinturas al óleo del fallecido artista Chen Cheng-po. “Esta donación es de gran importancia porque ayuda a dar una mejor perspectiva de la historia creativa del país”, aseveró la ministra de Cultura, Cheng Li-chun.
Según Hsiao Chong-ray, un académico de la Universidad Nacional Cheng Kung, en la sureña ciudad de Tainan, esta historia data de los talladores de piedras en la era de la cultura Changbin, unos 30.000 a 5.000 años atrás. Posteriormente, emergieron piezas de jade, uniéndose a las obras de alfarería y los tallados de los pueblos aborígenes locales para enriquecer aún más el arte premoderno de la nación.
Las aves jugueteando entre los sauces al lado de una laguna, por Kuo Hsueh-hu, gouache sobre seda, 1930 (Foto cortesía del NTMFA)
Las pinturas en tinta y las obras de caligrafía creadas por quienes llegaron de China se convirtieron seguidamente en partes muy valiosas del patrimonio de Taiwan. No obstante, el arte fue primeramente institucionalizado bajo el período colonial japonés (1895-1945), según el director del NTMFA, Lin Chi-ming. “Este período vio el establecimiento de escuelas públicas donde los estudiantes podían recibir educación básica en bellas artes y aprender acerca de técnicas occidentales como el bosquejo y los dibujos basados en las observaciones”, señaló Lin.
Los japoneses también introdujeron diferentes estilos de pintura tales como el óleo y la acuarela, explicó Liao Hsin-tien, director general del Museo Nacional de Historia (NMH, siglas en inglés) en la ciudad de Taipei. “Diversas técnicas fueron popularizadas durante este período, tales como el impresionismo, que los artistas taiwaneses aprendieron de sus homólogos japoneses, quienes estaban fuertemente influenciados por la cultura occidental en esa época”, indicó Liao.
La inauguración del Museo de Bellas Artes de Taipei en 1983 es uno de los hitos en la historia del arte de Taiwan. (Foto de Chin Hung-hao)
A pesar de introducir la educación artística, los japoneses no establecieron instituciones de educación superior en Taiwan para los muchos artistas en potencia. Esto explica por qué muchos de ellos viajaron a Japón para continuar sus estudios, tales como el escultor Huang Tu-shui. “Solamente después de que el Gobierno se trasladó a Taiwan el arte se convirtió en una asignatura a nivel universitario. Esto ayudó a retener muchos talentos que podían ahora encontrar trabajo como instructores, comunicando su pasión a las nuevas generaciones”, afirmó Lin.
Arte que refleja la vida
En 1949, muchos prestigiosos artistas de China siguieron al Gobierno a Taiwan. Entre ellos se encontraba Huang Chun-pi, quien se convirtió en director del Departamento de Bellas Artes en la Universidad Nacional Normal de Taiwan (NTNU, siglas en inglés) de 1949 a 1971. Durante su administración, el educador y artista fue una de las principales figuras en la promoción de la pintura con tinta. A Huang se le unieron Pu Ru y Chang Dai-chien. Pu ganó fama como educador, enseñando en la NTNU por 14 años, pero es Chang quien es más conocido de los tres gracias a los períodos en que vivió en Estados Unidos y Sudamérica. Juntos, los tres son llamados “los tres maestros del otro lado del Estrecho”.
Paisaje, de Liu Kuo-sung, tinta sobre papel, 1968 (Foto cortesía del NTMFA, imagen autorizada por la Fundación Shiy De-jinn)
La influencia china se sumó a la de Estados Unidos, ya que Taipei cooperó con Washington en cuanto a defensa, lo que conllevó a varias décadas de presencia de tropas estadounidenses en suelo taiwanés. Según Liao, esto tuvo una marcada influencia en la evolución artística local. “El expresionismo abstracto y la cultura popular, que estaban muy de moda en Estados Unidos, emergieron y echaron raíces aquí”, recordó Liao.
Uno de los principales artistas de esta época es Liu Kuo-sung, uno de los miembros fundadores de la Asociación Artística Mayo, un famoso grupo de artistas revolucionarios, establecido en 1957. Otro es Lee Shi-chi, conocido por sus grabados, caligrafía, pinturas con tinta y obras compuestas empleando una variedad de materiales y texturas. Fue uno de los miembros más conocidos de la Asociación de Arte Oriental, un grupo avant-garde de igual importancia desde finales de la década de 1950 y por toda la de 1960.
La salida del país de la Organización de las Naciones Unidas tuvo un profundo impacto en la ciudadanía. Buscando una identidad propia, muchos artistas adoptaron motivos folclóricos, explicó Lin, quien acredita la mayor parte del éxito del movimiento a Shiy De-jinn. Este nativo de la provincia de Sichuan laboró sin descanso para preservar y mostrar la cultura tradicional de Taiwan.
Dos figuras icónicas más de este período fueron el pintor Hung Tung y el escultor Ju Ming. Hung adquirió fama por ser un autodidacta, con obras inspiradas por eventos tales como las ferias de templo y la ópera tradicional taiwanesa, mientras que Ju le debe su estatus a sus series de aclamadas esculturas de madera que debutaron en el NMH en 1976.
Fundado en 1999 en la ciudad de Nuevo Taipei, el Museo Juming destaca las esculturas de este artista epónimo. (Foto de Chin Hung-hao)
Libertad de expresión
La democratización de Taiwan a finales de la década de 1980 fue ilustrada por la revitalización de la escena artística local. “Muchos comenzaron a ver de manera más crítica a la autoridad y a reflexionar acerca de la identidad y subjetividad del país”, señaló Liao. “Asimismo, los temas sociales, como los derechos de la mujer, asumieron un lugar prominente en las obras de los artistas”, enfatizó Liao.
La década de 1980 también vio muchas mejoras en la infraestructura para coleccionar, exhibir e investigar el arte. En 1983, fue inaugurado el Museo de Bellas Artes de Taipei (TFAM, siglas en inglés), seguido del NTMFA en 1988 y el Museo de Bellas Artes de Kaohsiung en 1994. Comenzaron también a surgir exhibiciones regulares, notablemente la Exhibición Internacional Bienal de Grabados, de la cual el NTMFA ha sido el anfitrión desde que abrió sus puertas, y la Bienal de Taipei, la muestra más prestigiosa de arte contemporáneo del país, organizada por el TFAM desde 1998.
La madurez de la escena artística de Taiwan fue testigo del surgimiento de una mayor especialización en los espacios de exhibición, indicó Liao. Ejemplos de esto incluyen los museos Juming y el de cerámica de Yingge localizados en la ciudad de Nuevo Taipei y fundados en 1999 y 2000 respectivamente, al igual que una sucursal del NTMFA dedicada a la fotografía, que está programada para ser inaugurada en Taipei en mayo de 2020.
Confrontación, de Liao Shiou-ping, estampado, 2000 (Foto cortesía del NTMFA)
El siglo XXI ha dado a los artistas un acceso más fácil a innovadores nuevos museos de expresión, y el NTMFA está esforzándose para estar al día con la tecnología de punta al mismo tiempo que brinda a los visitantes experiencias que rara vez se encuentran en una galería tradicional. “Adoptamos rápidamente las tecnologías de monitores interactivos y estamos en la actualidad evaluando cómo emplear la robótica para producir obras pioneras”, declaró Lin.
Con una larga tradición de expresión artística influenciada por una amplia variedad de estilos, Liao está seguro de que Taiwan debe sentirse orgulloso de sus artistas nativos y su evolución. Es por ello que ha colaborado en la formación de la Asociación de Historia del Arte de Taiwan, que tiene la tarea de capacitar a las nuevas generaciones y llevar a cabo seminarios sobre el arte local. “Cuanto más se conoce acerca de los pintores, escultores y otros líderes de la industria del país, sus obras son tomadas más seriamente”, indicó Liao, afirmando que “las obras que crean son hermosas y diversas, y ahora es el momento en que debe ser reconocida su genialidad”.
El río Chou-shui, por Lin Hsin-yueh, óleo sobre lienzo, 1986 (Foto cortesía del NTMFA)
Fuente: Revista Taiwan Hoy